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  • Foto del escritorIglesia Evangélica Luterana La Trinidad

"Todo se ha cumplido"

Actualizado: 2 feb 2019

Evangelio: Lucas 4: 14-21



Más de alguna vez, nos ha pasado, que la gente que nos vio crecer, nos mira en menos. Como si el hecho de haber visto nuestro desarrollo les diera el derecho a ponernos cortapisas y limitaciones. Algo así pasa con la gente en el evangelio de hoy. Jesús visita el pueblo en que creció y vuelve como una gran celebridad. La gente quiere verlo, oírlo y comprobar si el niño y joven que han conocido, es todo lo que dicen que es. Jesús va a la sinagoga y se le da el rollo de los profetas, particularmente el del profeta Isaías y allí lee:

 

17 ... y abriendo el libro, halló el lugar donde estaba escrito:

18 EL ESPIRITU DEL SEÑOR ESTA SOBRE MI, PORQUE ME HA UNGIDO PARA ANUNCIAR EL EVANGELIO A LOS POBRES. ME HA ENVIADO PARA PROCLAMAR LIBERTAD A LOS CAUTIVOS, Y LA RECUPERACION DE LA VISTA A LOS CIEGOS; PARA PONER EN LIBERTAD A LOS OPRIMIDOS; 19 PARA PROCLAMAR EL AÑO FAVORABLE DEL SEÑOR.


 

En su tiempo, Jesús entendió este mensaje como el quid de su ministerio, como la razón, destino y propósito del mismo. Su mensaje y actuar redefinió a los pobres, a aquellos y aquellas que les cuesta tanto definir a gobiernos e instituciones mundiales. Jesús les definió por la pérdida de libertad, por su desconexión con la realidad, por la violencia que sufren en contra y por la necesidad que poseen de una buena noticia. Repasemos en nuestra propia realidad, quiénes serían estas personas (presos, ciegos y oprimidos) a quienes Jesús les trae buenas noticias.

 

1. Hoy, quienes viven privados de libertad no son sólo las personas en cárceles físicas, también las hay presas en sus adicciones, en sus esclavitudes como las deudas y relaciones enfermizas y abusivas. Las cárceles, vale decir, no son sólo para quienes han cometido crímenes, las hay para migrantes y para personas que son sentidas como amenaza para regímenes antidemocráticos. Estar en cárcel, no siempre es por ser delincuente.

 

2. Las diversas situaciones de discapacidad que llevan a las personas a desconectarse, nos recuerdan que debemos trabajar para que haya conexión, para que las personas a nuestro alrededor se sientan con lazos afectivos significativos y en relación con la comunidad toda. La desconexión es el resultado de la exclusión, de no considerar la diferencia y la situación de discapacidad que viven otras personas. Incluir sana, da esperanza, permite reconectar. Es otra forma de hacer que los ciegos vean.


 

3. La opresión es la forma más terrible de deshumanización. Otros seres humanos usan su fuerza e inteligencia contra el otro. Infunden miedo. Producen dolor y hasta muerte. La violencia en nuestra tierra en contra de los pueblos originarios y del medio en que viven, la pedofilia orquestada, la destrucción del medio ambiente vital para nuestra supervivencia son sólo algunas de las violencias que vivimos. Hay tantas otras. Pero en ellas hay alguien, un ser humano que valida esa violencia, que valida el abuso y que lo mantiene. Nos es más fácil apuntar el abuso cuando lo vemos en regímenes dictatoriales pero no cuando lo avalamos en nuestras propias expresiones de odio hacia las minorías sexuales o hacia los pueblos originarios.


 

¿Cuál es la buena noticia en todo esto? El final del texto de Isaías dice que este anuncio es la proclamación del año del favor, de la gracia, del amor incondicional del Señor. Y Jesús replica al texto:

"Esto se ha cumplido hoy entre ustedes".

Ese anuncio se ha hecho concreto ese día en sus palabras, en su actuar. Él es la buena noticia y su camino de amor, la salida a tanto entuerto humano. Porque, si los presos toman conciencia de su capacidad de libertad, si los discapacitados se reconectan y se incluyen, si los oprimidos abrazan la liberación, este mundo ya no será el mismo.


Cuando dejemos de sentirnos meras víctimas de los poderes humanos, entonces tendremos el poder de luchar y romper nuestros yugos, cuando veamos que el Abba, el Padre Amoroso de Jesús dignifica a cada ser humano, entonces se sellará la libertad de una humanidad a la cual se le ha mentido y usado por demasiado tiempo.

Oh, es el año, la era de la gracia del Señor, su libertad es un regalo de amor para toda la humanidad. ¡Hallelujah!


Pr. Marcelo Hunulef Ortega

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